EL COMERCIO MOSCON REJUVENECE

El comercio moscón rejuvenece
La llegada de nuevas generaciones a establecimientos emblemáticos de la villa impulsa una imagen comercial más moderna de Grado

Grado cuenta con una arraigada historia comercial, potenciada por su mercado dominical. Con la llegada de la autovía y el consiguiente aumento de la afluencia de público, comenzó para el comercio moscón una época de bonanza, pero también el momento de renovarse y ofrecer nuevos atractivos, para no quedarse en una moda pasajera y aprovechar la oportunidad. Un reto duro para muchos comercios con costumbres fijas y con propietarios al frente a punto de jubilarse. Llegó entonces el momento de ceder el testigo y son muchos los jóvenes que han visto claro su futuro laboral en los comercios de sus familiares. Para ellos, aunque nunca se hubiesen imaginado detrás del mostrador, un comercio montado y con una clientela fija es la mejor herencia que les hayan podido dejar. Ahora, ellos quieren cumplir con las expectativas y ofrecen una imagen renovada que va dejando su impronta en la villa. Sabrina Pico vive con ilusión la reapertura de la tienda Robles Decoración, que hasta principios de este año regentaba su tío. «Surgió la oportunidad y, tras años de experiencia en el sector, me apetecía tener mi negocio. Es una gran suerte coger un negocio que llevaba funcionando con éxito tantos años», explica la joven. El local necesitaba un cambio y la empresaria se encargó, con exquisito gusto, de la reforma: «Es importante tener una amplia exposición con propuestas de todos los estilos y a precios asequibles, sobre todo ahora, con la crisis». La situación estratégica del municipio y sus mercados fueron otros de los atractivos que le impulsaron a decidirse por Grado para esta aventura empresarial. La combinación perfecta. Así define Sandra López el tándem comercial que hacen ella y su madre, Charo González, al frente de su perfumería. Por ello, la joven no quiere pensar demasiado en la próxima jubilación de su madre. «A mí me encanta todo lo relacionado con perfumería, con tratamientos faciales, maquillajes y moda, y a mi madre le apasionan los complementos. Mi presencia en la tienda hace que lleguemos a público más joven». Tras estudiar Empresariales, a esta moscona no le gustaba para nada la idea de ponerse al frente de la perfumería familiar. Sin embargo, en pocos meses cambió de idea: «Me enganchó totalmente y ahora no me imagino en otro sitio. El hecho de que gente de fuera venga a Grado a comprar en la tienda porque ofrecemos artículos diferentes es todo un orgullo para nosotras». A Begoña Álvarez siempre le apasionó la hostelería; por ello, cuando se jubiló su suegro, se quedó con su cafetería, Las Palmeras. «Desde el principio intenté seguir en la misma línea; si funcionaba bien, ¿para qué cambiarla? Nuestro fuerte son el buen café y nuestros emparedados y croquetas caseras. Mi suegra me enseñó a hacerlas y tienen algo que las hace únicas», comenta. A pesar de que su trabajo exige muchas horas de dedicación, Begoña Álvarez está muy satisfecha y asegura que «la cafetería tiene una ubicación privilegiada en el centro, por lo que miércoles y domingos, con el mercado, estamos a tope». «Nos gusta que estés a gusto». Éste es el eslogan con el que la cafetería La Merced ha comenzado hace un año una nueva andadura de la mano del matrimonio formado por Gerardo Sánchez y Nieves Álvarez y su hija Paloma. Tras 55 años de historia como confitería, el establecimiento dio un giro con el que han cosechado un gran éxito entre público de todas las edades: «Intentamos ofrecer propuestas que agraden; por ejemplo, los viernes hacemos noches temáticas en las que ofrecemos pinchos variados con la consumición. Lo importante es que la gente disfrute de un ambiente familiar y esté contenta», explica Nieves Álvarez. Su terraza es parada obligada para el vermú dominical.